El ONCE es un número Maestro. Representa una energía de lucha y confrontación, que nos lleva al aprendizaje de la vida.
El VEINTIDOS también es un número Maestro. Es el 11 duplicado. Es una doble lucha, es doblemente opositora. Es un aprendizaje dos veces mayor. No en cantidad, sino en cualidad.
El 11 y el 22 condensan y potencian la energía del DOS. La sumatoria de 1+1 nos remite al 2; y la sumatoria de 2+2 nos remite al 4, que es el 2 al cuadrado.
El dos es la división de la unidad. Es lo Uno con dos caras. Es la noción de polaridad. Los dos movimientos que se contraponen, pero que se complementan. Es la oposición entre dos fuerzas contenidas en la Unidad.
El dos es Vida. Es acción y reacción, Inhalación y exhalación. Contracción y expansión. Arriba y abajo. Luz y oscuridad. Frío y calor. Bueno y malo. Placer y dolor. Sol y luna. Día y noche. Masculino y femenino. Yin y yang. Todo lo que vive, vibra y todo lo que vibra se mueve en dos direcciones contrapuestas. Es el necesario contraste. Es la dialéctica vital.
En un día, que contiene la energía vibracional de la confrontación, de los opuestos y de la polaridad, nada es fácil, pero todo, pese al esfuerzo, nos trae una enseñanza, nos permite seguir creciendo, seguir aprendiendo, seguir viviendo, seguir siendo.
Un 22 del 11, hace 50 años, fue asesinado el geminiano Presidente de los Estados Unidos, John Kennedy. Buen ejemplo de cómo se comporta esa doble energía, en su complejidad y en su polaridad, en su vida y en su muerte.
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