CATALUNYA: REFLEJO DE LA OPOSICIÓN PLANETARIA

                                                   OPOSICIÓN JÚPITER-URANO

El pasado jueves 28 se produjo la tercera y última oposición entre el planeta Júpiter, asociado con los procesos liberadores, y Urano, el astro de los cambios abruptos.

En este período la oposición de los dos astros se produjo en tres ocasiones, aunque forma parte de un solo proceso, que ocurre cada trece años aproximadamente.

  • 26 diciembre 2016.
  • 03 marzo 2017.
  • 28 septiembre 2017.

El último de ellos representa el desenlace de un conflicto entre dos fuerzas, que se ha ido manifestando en los últimos nueve meses.

Ahora se presenta con Júpiter a 27° 22′ de  Libra y Urano a 27° 22′ Aries.

En las dos anteriores interactuaban con Plutón, en Capricornio, que se hallaba cercano a los 18°, otorgándole más intensidad a la pugnacidad entre ellas.

Representa el máximo desarrollo de un ciclo de trece años, iniciado con la conjunción entre ambos astros, el 4 de enero de 2011, que se produjo a 27° 03′ de Piscis; 4 horas después que se hubiese producido un Eclipse Parcial de Sol, a 14° de Capricornio; y que concluirá el 21 de abril de 2024, cuando vuelvan a encontrarse a 21° 50′ de Tauro, 13 días después de un Eclipse Total de Sol, que tendrá lugar a 19° de Aries.

PRESENTE CICLO JÚPITER-URANO DE TRECE AÑOS (2011-2024)

FASE FECHA DURACIÓN ASPECTO POSICIÓN ZODIACAL
INICIO 04-01-11 2 años 7 meses Conjunción 27° Piscis 02’
DESARROLLO 21-08-13 4 años 1 mes Cuadratura 13° Cáncer/Aries 29’
CLIMAX 28-09-17 3 años 3 meses Oposición 27° Libra/Aries 27’
DECADENCIA 17-01-21 3 años 3 meses Cuadratura 6° Acuario/Tauro 24’
FINAL 20-04-24 (13 años 3 meses) Conjunción 21° Tauro 50’

El momento presente, cuando se alcanza el clímax del ciclo Júpiter-Urano, determina las condiciones óptimas para que se provoque un salto cualitativo en los procesos de cambio social, que se han venido gestando en los últimos siete años.

Coincide esta oposición definitiva entre Júpiter (liberación) y Urano (rebeldía) con el Referendum en el que el pueblo catalán se pronunciará sobre su separación e independencia de España (1 de octubre 2017). Es ésta una clara expresión de la sincronía entre los movimientos astrales y los acontecimientos humanos.

                                             LA HISTORIA VUELVE A REPETIRSE

La última oposición exacta entre Júpiter y Urano en el eje Libra/Aries, ocurrió el 11 de octubre de 1934 (hace casi 83 años) cuando ambos astros estaban a 29° 58′ de los mismos signos por los que ahora transitan, a sólo 2° 36′ del punto actual.

Apenas 5 días antes de que se produjera ese significativo aspecto planetario, el 6 de octubre de 1934, fue proclamada la independencia de Catalunya, como un Estado autónomo dentro de la República Federal Española.

Se requirió de una vuelta completa de Urano y 7 circunvalaciones de Júpiter para que se volviera a presentar una idéntica relación entre esos dos planetas, que combinados representan la noción de cambio, independencia, rebeldía, originalidad y lucha con respecto a las tendencias conservadoras del status quo.

El caso de Catalunya – con el que se inicia y culmina esta serie de siete oposiciones (en 83 años)-  llama poderosamente la atención por ser el único que sucede exactamente en el mismo sector zodiacal (últimos grados del eje Libra/Aries) y se repite no solamente el mismo tipo de acontecimiento, sino también en la misma región geográfica y en la misma nación.

LOS ASTROS Y LOS PUEBLOS REPITEN SU HISTORIA A RITMO ACOMPASADO

En el siguiente Cuadro podemos revisar cómo cada vez que Júpiter y Urano han estado uno frente al otro, vuelven a suscitarse situaciones similares. Lo que ha variado entre unos y otros es la condición que le proporciona la zona sideral en que ello ocurre. Podemos observar crímenes políticos (Colombia 1948/1989); crisis políticas mundiales (1948/1962/1989/2017); Inicio o fin de regímenes políticos (Venezuela 1948; República Dominicana, Argentina 1962; España 1976; Europa Oriental, 1989; Nicaragua, Chile 1990; Argentina, 2003).

 

 

 

 

 

LAS ULTIMAS SIETE OPOSICIONES JÚPITER/URANO Y SU RELACIÓN CON CAMBIOS POLÍTICOS IMPREVISTOS

FECHA POSICIÓN ZODICAL ACONTECIMIENTOS
       
1 11-10-1934 29° 58’Libra/Aries Independencia Catalunya
2 06-02-1948 22° 21’ Sagitar/Géminis Asesinato de Gaitán, Colombia
  03-06-1948 25° 30’ Sagitar/Géminis Fundación Estado de Israel
  15-11-1948 29° 55’ Sagitar/Géminis Golpe Militar en Venezuela
 
3 14-03-1962 27° 27’ Acuario/Leo Golpe de Estado en Argentina
  08-10-1962 03° 33’ Piscis/Virgo Inicia Concilio Vaticano II
  07-12-1962 05° 18’ Piscis/Virgo Crisis de misiles, Cuba
 
4 18-04-1976 05° 24’ Tauro/Escorpio Gobierno A. Suárez, España
 
5 08-08-1989 01° 45’ Cáncer/Capricor Asesinato LC. Galán, Colombia
  29-12-1989 05° 35’ Cáncer/Capricor Caen estados comunistas Europa
  13-05-1990 09° 13’ Cáncer/Capricor Fin dictadura Pinochet, Chile
 
6 30-08-2003 00° 37’ Virgo/Piscis N. Kirchner Presidente, Argentina
 
7 26-12-2016 20° 34’ Libra/Aries Trump nuevo Presidente, USA
03-03-2017 22° 11’ Libra/Aries GB activa el Brexit
28-09-2017 27° 27’ Libra/Aries Independencia Catalunya (Referendum)

Nota: Los acontecimientos señalados ocurrieron en fechas cercanas (+ – 2 meses).

Véase cómo coinciden los procesos planetarios con los políticos. Pocos días después de producirse la primera cuadratura -21 de agosto de 2013- del vigente ciclo (2011-2024), que hemos identificado como el inicio de su fase de Desarrollo (en el primer cuadro) , se efectuó la Vía catalana a la independencia, una cadena humana de 400 kms realizada el 11 de septiembre de 2013, en toda la región.

Amanecerá el 1 de octubre y veremos cómo continúa esta historia, en su danza con los astros.

 

 

HURACANES Y TERREMOTOS POST-ECLIPSE

El globo terráqueo recibe las radiaciones solares de forma irregular todo el año debido a la inclinación de 23° que posee su eje. La incidencia de los rayos solares presenta una variación constante sobre el área de la superficie terrestre afectada en el transcurso de su traslación anual. Sólo hay dos momentos de ese período en que sus efectos son similares en los hemisferios ubicados al norte y al sur de la ficticia línea ecuatorial, que divide a la Tierra en dos partes iguales.

Recién comenzado el último tercio de los meses de marzo y de septiembre de cada año, se produce el mismo fenómeno de igualitaria distribución de la energía solar a ambos lados del ecuador. Es lo que se conoce como los equinoccios. Eso permite dividir el ciclo anual en dos semestres y demarcar el inicio y el final de cada una de las cuatro estaciones climáticas, de manera inversa en cada hemisferio.

Cuando se produce el equinoccio de marzo finaliza el invierno y comienza  la primavera en el norte; mientras que en el sur termina el verano y arranca el otoño. En el de septiembre  sucede al revés: se inicia el otoño y culmina el verano en el norte; en tanto que en el sur se acaba el invierno y empieza a expresarse la primavera.

La manifestación lumínica y calórica del Sol sobre la Tierra se hace equitativa en los momentos equinocciales. Esto es, hacia el 21 de marzo y el 23 de septiembre de cada año. Entonces se produce un cambio cualitativo de las vibraciones que recibe nuestro planeta del Padre Sol. Puede apreciarse al Astro Rey cambiando de posición con respecto a la Tierra y proyectándose también en el espacio sideral bajo diferente constelación estelar.

Desde el pasado viernes 22 observamos al Sol en el sector zodiacal identificado con La Balanza, símbolo del equilibrio y la simetría, propios de esta época, y simultáneamente comienza su itinerario hacia las regiones meridionales.

Libra, como imagen del nuevo signo solar, sugiere la idea de ponderación, armonía, contrapeso, igualdad, justicia, mesura y ecuanimidad. Se le asocia también con la belleza, el amor, la cordialidad, la simpatía, la gracia y el encanto, atribuidos a su planeta regente, el cercano y brillante Venus, homónimo de la más atractiva, dulce y seductora diosa de la antigüedad.

Paradójicamente, en el preámbulo del Equinoccio de Libra, con la Luna Nueva del pasado miércoles 20, que marca el inicio del nuevo año judío (5.778), se presentaron en el vecindario de América del Norte dos fenómenos naturales causantes de muerte, desolación, dolor, tragedia y devastación. El terremoto de México y el paso del huracán María por el Caribe, que afectó severamente a la isla de Puerto Rico.

En el cielo, ya se habían presentado suficientes indicios y señales de lo que estaba por ocurrir. El mismo 19 de septiembre cuando el suelo mexicano se estremeció, Venus pasaba por el último grado de Leo, punto sideral en donde se produjo el reciente Eclipse Total de Sol, y el planeta Mercurio se hallaba en exacta oposición con Neptuno, nombre del dios a quien se atribuía la fuerza sobre los mares y los movimientos tectónicos. Simultáneamente, Sol, Luna y Tierra se alineaban con Quirón, el que representa las heridas y el sufrimiento, necesarios para la sanación.

La sumatoria de los siete dígitos que componen la trágica fecha del 19-9-2017 da 29, que es el grado de Leo en que se encontraba Venus ese día, y en donde se produjo el mencionado Eclipse Solar y es el número de días que habían transcurrido desde ese mismo Eclipse (del 21-8-2017). La sumatoria de 29 es once, que constituye numerológicamente un carácter fatídico (1). Cuando se produjo el terremoto mexicano de hace 32 años (en la misma fecha del 19 de septiembre), también lo había precedido un Eclipse Solar, que se produjo esa vez a 29 grados de Tauro, el 19-05-1985, cuya sumatoria da 38, que sumado también es once.

El Eclipse Solar norteamericano de hace un mes, ya presagiaba un período de mucha conflictividad para USA, por ser en su área geográfica continental donde se expresaría el ocultamiento total del Sol. Desde su campaña pre-electoral, el actual Presidente estadounidense se había pronunciado en contra de los inmigrantes mexicanos, insistiendo en continuar construyendo un muro que impida el paso fronterizo. Los pueblos hispanos más cercanos a los Estados Unidos habitan los espacios norteamericanos más afectados en esta temporada de huracanes y movimientos sísmicos (2).

Esta semana se producen tres oposiciones planetarias de gran intensidad. El temible Neptuno de los océanos y las capas tectónicas enfrenta el domingo 24 al violento Marte y el viernes 29 a la seductora Venus; pero, sobre todo, sentiremos el impacto desestabilizador de la última oposición exacta entre el liberador y exagerado Júpiter contra el desconcertante y violento Urano. Configuración que ha caracterizado este 2017 y que no volverá a presentarse hasta el año 2031.

Sin duda, este clima de inestabilidad que ha acompañado al período equinoccial se corresponde con la simbología que se viene manifestando en el espacio sideral. Son tiempos de desastres geográficos, pero también de actitudes de mucha confrontación en las relaciones sociales y en los escenarios de política internacional. Ahora más que nunca se requiere que el espíritu librano de concordia, diplomacia y armonía se imponga sobre el afán guerrerista y confrontacional. Es un tiempo para sanar las heridas y transmutar el dolor en una actitud más solidaria y responsable.

  • (1) Algunas manifestaciones de la energía once: asesinato de JFK (22-11-63); terremoto Caracas (29=11-7-67); golpe contra Allende (11-9-73); atentado torres gemelas NY (11-9-2001); golpe a Chávez (11-4-2002); atentado Atocha, España (11-3-2004); terremoto-tsunami Japón (11-3-2011). El reciente terremoto de México se produjo en el meridiano 99 (11 X 9) de longitud Oeste.
  • (2) Territorios de USA, con alta población hispana sacudidos por huracanes, después del Eclipse Solar (21-8-17): Texas (Harvey) y Florida (Irma). Estado Libre Asociado de Puerto Rico (María). Afectados por tres terremotos (7, 19 y 23 sep), su vecino fronterizo: México (en Chiapas, México central y Oaxaca, respectivamente).

LA HORA DE LA SANACIÓN

Desde el pasado sábado 16 al mediodía, la Luna menguante se convirtió en Balsámica, cuando transitaba por los nueve grados de Leo. Permanecerá en esa condición hasta el próximo 20, al concluir la primera hora y media del día dedicado al dios Mercurio. En ese instante, se unirá al Sol, cuando ambas luminarias se encuentren en el grado y el minuto 27 de su paso por Virgo.

El tiempo transcurrido entre la tarde del sábado y el comienzo del miércoles, los tres días y medio previos a la nueva conjunción de nuestro satélite con el astro rey, es el período en que la Luna refleja su menor cantidad de luz y sólo surca el cielo en horas de la madrugada, poco antes de que por el horizonte oriental emerjan los primeros rayos solares.

Cuando en su carrera tras el Sol, la Luna logra acortar la distancia desde los 45° hasta alcanzarlo, se produce la 8va. y última etapa de su ciclo sinódico, de 29.5 días, que se repite sin cesar, y que permite el establecimiento de una unidad de tiempo conocida como mes.  En la segunda mitad del menguante, esta media semana de agonía lunar, se le conoce como Balsámica.

La última fase del menguante lunar simboliza las terminaciones y los acabamientos. Es la oportunidad propicia para deslastrarnos de experiencias dolorosas, de vivencias amargas, de sentimientos de confusión y de todos aquellos elementos que han perdido vigencia, que poseen carácter tóxico o que generan perturbación. La Luna Balsámica favorece la limpieza y la purificación, el olvido y el perdón, la eliminación y la sanación. Más aún en esta ocasión en que transita por Virgo, el signo de la higiene y la salud corporal.

En la condición conclusiva del ciclo lunar predomina la función eliminatoria. Es el momento adecuado para desechar lo que ya no sirve, salir de lo que no se usa, desintoxicarse de todo lo que hace daño, en lo biológico, psicológico, mental, emocional y espiritual. Es el tiempo de los finiquitos, las dietas, las evaluaciones y las limpiezas a fondo. La Luna Balsámica funciona como catarsis, como un bálsamo que aquieta el espíritu, distiende los músculos, aminora los dolores y aligera las cargas.

Cuando la Luna desaparece completamente del escenario (en las noches del martes y miércoles) es porque el encandilamiento solar impedirá su percepción. Termina el ciclo lunar con una peculiar alineación astral: el Sol en un extremo, Luna y Tierra en el punto central, y el planetoide Quirón en el otro extremo. Se produce entonces la Luna Nueva de las postrimerías de Virgo, que en esta ocasión estará matizada por la influencia de Quirón, símbolo también de los procesos de curación.  Así culmina este ciclo de la Luna, con un llamado a la sanación.

Bajo este ambiente de recuperación y depuración que impulsa la Luna Balsámica y que promueve la Luna Nueva opuesta a Quirón, nos preparamos para el cruce del Sol por la línea ecuatorial, el venidero viernes 22, en horas de la tarde. Se producirá en ese momento el Equinoccio. Es la repartición equitativa de la energía solar en nuestro planeta. En el norte y en el sur la luminosidad y la temperatura se manifestarán de forma similar, dando lugar a una duración semejante de los días y las noches en ambos hemisferios.

Es el segundo equinoccio del año, cuando el Sol regresa de su pasantía por el norte y se dirige hacia el sur, región en que permanecerá un semestre completo. Se inicia en el norte el Otoño, símbolo del agotamiento de la vida, de lo que merma (como la luz y el calor) y que se expresa en la pérdida del verdor vegetal. En cambio, en el sur comienza la Primavera, cuando renace la naturaleza y retoñan las plantas. El Sol como símbolo de la vida, ahora se expresa en equilibrio y con su doble cara: lo que se va muriendo (en el norte) y lo que está naciendo (en el sur).

La Luna y el Sol se comportan esta semana de manera similar, transmitiendo un mismo mensaje. Ella, mostrándose media semana como moribunda y la otra media como recién nacida; y él, lanzando sus rayos sobre el ecuador, propiciando la reducción del ritmo existencial en el norte y el impulso de la vida en el sur. Es tiempo de revisión y de corrección, de buscar armonía y equilibrio. De establecer los puntos medios, el encuentro entre visiones opuestas.

Todos los símbolos arriba mencionados se identifican con los procesos de recuperación, de curación y de regeneración. Nos hallamos, por tanto, en tiempos de transición hacia un modelo de vida más sano. Los recientes eventos de la naturaleza, los acontecimientos sociales (incluyendo un nuevo período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas), y la Luna Nueva de Virgo, que antecede al Equinoccio de Libra, nos orientan hacia una acción más consciente de liberación y purificación.

 

SATURNO EN MENGUANTE

El paso devorador del huracán Irma por las costas surorientales del territorio estadounidense y los temores que produce en la indefensa población, evoca los dolorosos episodios de la fatídica fecha del once de septiembre, en momentos en que se conmemora un nuevo aniversario del más impactante episodio de terrorismo que haya vivido la humanidad, cuando el estupor, la confusión y el desconcierto se apoderaron de la psique colectiva, recién iniciado el siglo XXI.

En esta semana, vinculada con el temor a las indómitas fuerzas de la naturaleza y del mal, también se reflejan en el cielo las sensaciones que genera el estado de fragilidad y vulnerabilidad del ser humano, en su relación con el planeta que le da cobijo. La Luna disminuye su luminosa presencia nocturna, el Sol se coloca en posición incómoda con respecto a Saturno, y nuestros vecinos Mercurio y Marte transitan en conjunción por el primer decanato de Virgo.

Desde la madrugada del miércoles trece, nuestro satélite sólo mostrará la mitad de su rostro e irá perdiendo protagonismo noctámbulo, hasta desparecer completamente, una semana más tarde. Estará en su fase Menguante, propiciando la disminución de energía y la culminación de etapas. Ese mismo día, se enfrentará a Saturno y pasará por el punto más cercano a la Tierra (perigeo), mientras termina su paseo por Géminis.

A mitad de semana nos corresponde vibrar con la condición lunar. Se formará una triangulación entre nuestras dos luminarias y Saturno. El Sol, desde Virgo, se ubica en un ángulo de tensión con la Luna, en Géminis; y con Saturno, en Sagitario. Se configura una Luna Menguante muy peculiar, ya que tendrá un acento saturnino y una cualidad perigea. Su máxima proximidad mensual a nuestro planeta, y su intervención en el conflicto Sol-Saturno, nos pone en contacto con la experiencia de un poder que comienza a fenecer.

El primer día de la semana, Saturno se une con la denominada Luna Negra, punto sensible que expresa el poder oculto y misterioso del carácter femenino, que obtiene su objetivo a través de la seducción y el engaño. Dos días más tarde, el mismo astro se alínea con la Luna Menguante, obligado a mermar su naturaleza dominante, y se confronta con el Sol, que también se afilia a la condición declinante de su ciclo.

En estos días la Luna transfiere su rol protagónico a Saturno. El Señor del Tiempo y del Destino, el dominante castrador, el símbolo del Poder que controla y subyuga, estará atrapado por su propia obsesión de no ceder ni compartir su mando y autoridad. Desde el próximo miércoles comienza su período menguante, de debilitamiento en el ejercicio de toda forma de restricción y contención, hasta que a finales de año se inicie una nueva forma de conducción.

Desde la pasada semana Marte y Mercurio avanzan por los primeros grados de Virgo. El planeta rojo se juntará en esa zona sideral con el mensajero de los dioses, el astro de las relaciones y el intercambio. La cercanía y mezcla entre ellos promueve la comunicación de la agresividad y la violencia en sus formas más diversas, así como el uso brusco y vehemente del lenguaje. De hecho, el recuerdo de los sucesos de las torres gemelas, o la reciente acción devastadora de huracanes o terremotos, son una viva manifestación de esa combinación de planetas: la irrupción furiosa de uno junto a la habilidad comunicativa del otro, provocando turbación y desasosiego.

La Luna Llena neptuniana de la pasada semana ya nos alertaba sobre la eventual acción despiadada del dios de los mares. La Luna Menguante saturnina de ésta nos pone en guardia sobre la dura tarea de asimilar las restricciones y limitaciones que nos impone el padre castrador, en su etapa decadente.

El maestro Saturno, reflejado en la media cara lunar, nos advierte que se acercan tiempos de renovación. La humanidad deberá aprender y asimilar lo que el símbolo de la autoridad y del poder nos transmite: que todo tiene sus límites, que la Madre Tierra nos constriñe a hacer un uso comedido de los recursos con que nos dota y que si no obramos con responsabilidad y con consciencia nos los cobrará, con temor y con dolor.

LUNA LLENA CON TRIDENTE Y TODO

 

Se ha iniciado el noveno mes del año, que lleva por nombre el séptimo (septiembre), pues durante este período se completa el primer semestre del recorrido solar por el circuito zodiacal. Es el tiempo en que los rayos del Sol caen perpendicularmente sobre la zona ecuatorial y se orientan hacia las regiones del sur, cuando nos preparamos para el otoño en el norte y la primavera en el sur.

En la quinta noche de este mes de equidades entre ambos hemisferios, en la repartición de la luz y el calor que nos transmite nuestra fuente de vida, la Luna mostrará todo su encanto lumínico. Facilitará la imaginación y repartirá ilusiones por doquier. Esta Luna Llena septembrina será la Luna marina, que nos brindará una noche de intranquilidad, de extrema sensibilidad y de estremecimientos emocionales.

Para el momento en que la Luna muestre toda su redondez y refleje la totalidad de la luz captada desde el Sol, estará transitando por la mitad del signo de los peces, identificada con la cualidad de ese sector del cielo que representa el mundo sutil, gaseoso, etéreo e intangible. Su imagen representará, como ninguna otra en el año, el poder de la imaginación, de la ilusión, del misticismo, de los procesos inconscientes, de la evasión y del engaño.

El Plenilunio pisciano ocurrirá cuando apenas hayan transcurrido las primeras tres horas y cuatro minutos del miércoles 6 de septiembre. En ese momento se habrá formado una alineación casi perfecta entre Sol, Tierra, Luna y Neptuno. Tal configuración astral le confiere a esta Luna Llena un carácter atípico, pues al poder natural que ella ejerce cada mes sobre nuestro planeta anfitrión y sus fluidos, en particular sobre las mareas, esta vez se acentúa por la condición simbólica que le otorga la presencia de Neptuno.

No se producía una Luna Llena tan próxima al regente de Piscis desde mediados del siglo XIX. Ello ocurrió pocos años después que ese lejano planeta, al que se le puso el mismo nombre del dios de los mares (Neptuno), fue visto por vez primera la noche del 23 de septiembre de 1846. Ninguno de los actuales habitantes que pueblan nuestro planeta había podido presenciar y sentir un auténtico plenilunio neptuniano.

Neptuno nació a la consciencia humana en época de conflictos sociales, de idealismos, de insurgencias y de revoluciones. USA le declaraba la guerra a México, en Venezuela se producía la rebelión campesina, Cuba era zotada por el más fiero de los huracanes, en Europa se difundían las ideas del socialismo y emergían aires de revolución, la Iglesia elegía un nuevo Pontífice y se expandía la confusión por el mundo. El ambiente en que apareció ese octavo planeta forma parte de lo que él mismo simboliza.

En el año 2011 Neptuno completó la primera vuelta desde que fue descubierto, pues al estar tan alejado del Sol su órbita es muy extensa, tardando más de 160 años en recorrer el circuito completo. Su dios homónimo es el gobernante de los mares y todo lo que habita en los océanos. Se le atribuye un fuerte carácter que agita los mares y estremece las capas telúricas. Se asimila con lo que acontece en las esferas del Inconsciente, tanto personal como colectivo, y domina en el mundo de los sueños.

La naturaleza física de Neptuno posee un núcleo rocoso de hielo, rodeado de una atmósfera cargada de agua, metano y amoníaco congelados, que le dan un aspecto azulado, con matices de azul marino, turquesa y aguamarina. Sólo es superado en volúmen por Júpiter y Saturno, y le orbitan dos lunas principales: Tritón (semidios hijo de Neptuno) y Nereida (ninfa del mar). Todas estas características le proporcionan un tono nebuloso, que insinúa misterio y ambigüedad.

Este singular Plenilunio en Piscis, alinenado con Neptuno, amplifica el efecto psicoemocional de la influencia lunar. La hipersensibilidad y apasionamiento propios de las noches de Luna Llena, inspiradora y romántica, se combinan con la capacidad imaginativa e ilusoria que estimula el astro encomendado al dios del tridente. En estos días la humanidad se pone en sintonía con el desarrollo de la imaginación, la creatividad, la pérdida de sensatez, el engaño, la mentira, la evasión, la disolución y la confusión.

La Luna Llena neptuniana y septembrina de esta semana se conecta con el desbordamiento de las fuerzas del mar, en su constante juego de acercamiento amenazante con la superficie terrestre, causando a su paso inestabilidad y desorden. De igual forma, en los recónditos espacios de la psique, parece extraviarse el sentido de la realidad, y los impulsos inconscientes asedian la sindéresis y conducen a una peligrosa confusión. Durante esta peculiar Luna Llena, en extraordinaria alineación planetaria, estaremos bajo el acoso de una extraña alienación colectiva.